
Estaba yo el otro día, dándole vueltas a una idea que no me cuadraba. Que no me encajaba. Pues según los medios de comunicación, los españoles íbamos a padecer la tercera ola del Covid-19, por los excesos que habíamos cometidos en las fiestas navideñas.
Mi mente, mi cuerpo se revelaba, contra esa información. Hasta que me di cuenta que mi realidad, mi entorno me decía todo lo contrario. Una vez más, tomé conciencia de la capacidad de los medios para manipular al pueblo. Para muestra un botón.
La televisión, en las retransmisiones de las campanadas de fin de año, mostraban las plazas totalmente vacías. Madrid, Andalucía… y me imagino que así fue en el resto de España.
Yo vivo en una pequeña aldea, donde las campanadas se dan tirando de una cuerda que hay en el campanario, y en la plaza nos reunimos los aproximadamente cuarenta vecinos que nos tomamos las uvas, y que después nos felicitamos el nuevo año con abrazos. Pues este año se ha suspendido.
A nivel familiar no conozco a nadie que haya sobrepasado las normas impuestas por la autoridad competente, respecto al número de comensales. Aclarando la tontería, de los idiotas que la han decretado, que siete u ocho comensales sí contagian pero seis no.
Aparte de la cantidad de familias que no se han podido reunir porque muchos de sus miembros viven en otras comunidades o en el extranjero (inmigración/emigración). Y estaba prohibido desplazarse.
Entonces ¿Dónde están los excesos cometidos por los españoles?
Eso sí, la televisión nos mostraba alguna fiesta que sí habían sobrepasado el número de personas y sin la mascarilla. Aceptando esa verdad. ¿Cuántos fueron? No llegaron ni al uno por ciento (1%) de la población española.
Entonces ¿Qué base real tiene: “Los excesos cometidos por los españoles”? NINGUNO.
Me recuerda a la frase famosa, de la anterior crisis de 2008, cuando decían que “habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Una mentira total. Ahora nos dicen que “nos hemos divertido por encima de nuestras posibilidades”. Otra mentira total.
Si bien, ante una, como, ante la otra, siguen un mismo patrón. Ellos crean el problema, nos culpabilizan de él, y ellos nos ofrecen la solución. La vacuna.
Encima de todo quedan como los salvadores y nosotros traumatizados, victimizados,… con la conciencia de malos ciudadanos y ejerciendo de policía ante nuestros vecinos. Denunciándonos entre nosotros.
Con esta realidad-no realidad, esta disociación entre lo que pensamos/vemos con lo que nos informan (adoctrinan), se produce en nuestro interior una ruptura psicológica-emocional que nos transforma en seres-no seres, sin alma, dependientes, consumidores, deprimidos, enfermos, etc. Por lo que se establecen las condiciones idóneas para una sociedad totalitaria… pero nos informan (adoctrinan) que es democrática.
Si esto es sangrante, hay que decir que hay hechos todavía peores. Pues este patrón de actuación de la clase dirigente sobre el pueblo se lleva practicando desde hace varias décadas. Con resultados óptimos. Y como muestra dos botones.
Gracias a la ideología de género han logrado que una mayoría acepte que se puede cambiar el orden natural de las cosas. En este caso la sexualidad de las personas.
Es un hecho que la sexualidad de las personas viene determinada por unos atributos que vienen con el nacimiento. El niño viene con pene y la niña con vagina. Uno tiene capacidad de fertilizar y el otro de parir.
Es en el transcurso de la vida, cuando el factor cultural entra en juego. Es decir, con la madurez cada uno puede practicar su sexualidad como mejor le plazca, elegir su tendencia sexual.
Hasta aquí todo el mundo está de acuerdo, pues es el reflejo de la realidad observable en todo lugar y todo tiempo.
Pero, no obstante, ¿qué es lo que dice la ideología de género; contradiciendo toda realidad, toda evidencia, todo sentido común… y aceptada por un gran número de personas… y promovida por el estado y los medios de (des)información?
Dice: la adjudicación del sexo de los niños, de los recién nacidos, es un acto cultural (constructo social). Por lo tanto pueden cambiar su sexualidad cuando quieran, con la asistencia del médico.
Y no voy a entrar en la locura de que un niño de ocho años tiene capacidad para tomar esta decisión.
Veamos un caso: un hombre adulto decide cambiarse a mujer. Como no tiene vagina ni pechos, ¿qué es lo que hace? Se corta el pene (se castra) y la cirugía le hace un hueco en su lugar.
Como no tiene pechos, ¿qué es lo que hace? Hormonarse para toda su vida para que le crezcan pechos.
¿Este hombre puede engendrar y parir una vida? Evidentemente no. ¿Se puede sentir mujer? Evidentemente sí. ¿Pero es una mujer? Evidentemente no.
Esta disociación del ser esta bastante extendida tanto en la derecha como entre los progres de la izquierda. Esto es como el masoquismo. El dolor es fuente de placer. Antinatural total. Pero posible.
Un hombre se puede convertir en mujer. Antinatural total y además es imposible.
Dándose aquí además la paradoja que la minoría que defiende la ideología de género, quiere imponer sus postulados, (¿o los han impuesto ya?), a la mayoría. Nada que ver con el concepto de democracia, donde siempre las mayorías son las que mandan. Teóricamente.
Otro botón de muestra. En Democracia -elecciones- el pueblo elige a sus representantes.
Cojamos un tema actual. El ministro Illa, deja el ministerio de Sanidad, y el partido socialista lo elige como candidato para las elecciones autonómicas de Cataluña. Todos los demás partidos harán exactamente igual, elegirán a sus candidatos.
¿Quién ha elegido a Illa como Candidato? El partido Socialista.
¿Quién ha elegido a los demás candidatos? Los demás partidos.
El candidato que salga elegido. ¿Quién lo ha elegido?
¿El pueblo Catalán? ¿O los partidos?
Algunos pensaran que los partidos representan al pueblo. Error total. En la actualidad no tienen militancia, solo aparato burocrático, y viven de las subvenciones que les da el Estado.
Alguien aún se acuerda que antiguamente existía una cosa que se llamaba sindicato.
Es muy evidente, sobre todo en la actualidad, que gracias a un adoctrinamiento continuado durante muchas décadas, han roto al ser humano. Y que todo intento de cambio o transformación de la sociedad pasa necesariamente por una recuperación del ser humano, para que sea posible, verdaderamente, una revolución.
Jorge Martin González
Muy acertado el articulo. Animo con vuestro trabajo que no va a caer en saco roto.
Viva el Pueblo! Viva el Ser Humano!
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Las mal llamadas enfermedades respiratorias por virus y bacterias, son trastornos de la salud por el frío, que genera la respuesta de virus y bacterias, o sea son consecuencia, para volver a la salud, al equilibrio homeostatico. Por tanto hay que protegerse contra el frío y cuando té enfrías, la primera actitud es entrar en calor, abrigarse y, en lo posible, disminuir los mecanismos defensivos que pone en marcha el organismo para volver a la homeostasis a través de infusiones calientes. Los desequilibrios de la salud por el frío aparecen, según cada año, entre otoño-invierno, desde noviembre, diciembre, comenzando a elevarse las curvas hasta más o menos finales de febrero a marzo, donde comienzan a bajar, hasta más o menos abríl-mayo, cuyas variaciones depende de la situación climática y del hacinamiento en sitios cerrados de personas, dependiendo del estres del trabajo asalariado, la enajenación del ser, la artificialidad del vivir, seres nada, etc., en suma la concentración de la población en ciudades y/o en sitios cerrados y los trastornos de la homeostasis de cada individuo y de la colectividad. Para consultar las curvas se puede ir a la página 5 del informe https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Documents/GRIPE/Informes%20de%20situaci%C3%B3n/2019-20/ISCIII_Informe%20de%20situacion_Evaluacion%20riesgo_GRIPE%202019-20_Semana052019_final.pdf
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